Monday, June 30, 2008

La persona normal

Realmente es difícil, como casi todo en esta vida, poder empezar sin hacer un rodeo para exponer esta idea sobre lo normal de una persona. Puedo empezar por la periferia y luego llegar al centro, decir que lo normal no es algo plano o liso o uniforme, sino, algo sinuoso, con altibajos; inclusive con discontinuidades. Dependerá de la actividad que realices o el lugar donde estés. Se sobre entiende que esto es resultado de la actividad previa del cerebro.

Si la actividad o expresión es banal, pues lo normal es ser banal. Banal es todo aquello que no persigue otro fin que el pasatiempo o que no tiene importancia si es cierto o falso en sentido estricto, en ese momento. Claro que la alta autoestima hace que pensemos que todo lo que hacemos o decimos es verdadero (sin pruebas). Digamos que es lo que generalmente hace la mayoría de las personas en su vida diaria.

Estando en una situación como la descrita anteriormente, si una persona exije una racionalización de lo que se esté tratando entonces ya no sería dejar pasar el tiempo. Esta contraposición es lo que llamaríamos lo no normal para el ejemplo usado. El caso inverso tambien es válido.


Ahora bien, la acción de decir (o hacer) banalidades ¿es en sí misma, siempre intrascendente?. Pienso que la banalidad tiene su importancia. Si la consideramos como un proceso catártico, donde expulsamos gran cantidad de carga emocional a través del mecanismo de la desinhibición.

Un ejemplo típico es el baile. No puede decirse que sea una actividad propiamente trascendente, mas bien la catalogamos como algo banal en el sentido descrito anteriormente. Hay que aclarar que no hablamos del baile ejecutado por profesionales, esa actividad ya es un trabajo y su propósito tiene un objetivo específico, de tal amnera que se vuelve trascendente para los que lo ejecutan. Nos referimos más bien al baile que ejecutamos (????) en una fiesta donde nos inviten.

Los signos de interrogación abren, precisamente, el paso a la banalidad porque la ejecución puede ser buena o mala, o pésima; sin embargo el propósito no es demostrar nuestras capacidades como bailarines sino entretenernos o pasar el tiempo, como anotamos al principio. Es cierto, que habrá personas que se mofen y se rían de los malos pasos que damos algunos de los que nos animamos a pasar a la pista, pero de eso se trata precisamente, de entretenernos con la liberación de esas cargas emocionales y miedos reprimidos y hacer partícipes a los demás con pequeñas porciones de energía.

2 comments:

Anonymous said...

Good words.

Anonymous said...

Por cierto, me pareció muy interesante tu blog, ya perteneces a mis favoritos.

Saludos,

Orlando.