Sunday, December 02, 2007

INFARTO AL MIOCARDIO 2a. PARTE

Lea la primera parte, antes.
Salimos rumbo al Hospital 36 del Seguro Social con la tarjeta de pase al área de urgencias con la solicitud de un nuevo electrocardiograma. Sigo manejando la camioneta. Llegamos al Hospital, pero no hay lugar para estacionar la camioneta; tengo que buscar en todo alrededor de la manzana. Ha pasado el tiempo, no sé cuanto. Paso enfrente de la oficina, nadie más sabe lo que sucede.
Por fin, encuentro un lugar, estaciono la camioneta y enfilamos a la puerta de urgencias. ¿La hora?, lo ignoro.
En la ventanilla de atención hay una fila como de 4 personas esperando ser atendidas; intento formarme pero creo que el malestar me empuja a buscar a alguien que me atienda algo más rápido. Afortunadamente me coloco en otra ventanilla, de al lado, veo que entra una persona que parece una trabajadora social y le entrego la tarjeta, la lee y se retira unos segundos, regresa y me indica que pase inmediatamente al interior para recibir atención.
Al entrar, inmediatamente una enfermera o doctora, no sé, muy joven me indica que me va a tomar el electrocardiograma al mismo tiempo que me pregunta qué es lo que siento, lo cual le explico. Rápidamente me coloca los electrodos y activa el electrocardiógrafo. Sale la impresión, lo ve, María Eugenia la aborda y le pregunta si hay un doctor que interprete la gráfica impresa. La respuesta es positiva, sale unos momentos y regresa con una doctora que ya trae cara de preocupación e inmediatamente solicita una silla de ruedas y le informa a Ma. Eugenia que yo ya no salgo de ahí y que requiero hospitalización inmediata y que avise a más familares porque mi estado es grave y me desvisten, me ponen una bata y me asignan una cama y aplican suero con otra substancia y me proporcionan oxígeno. Hasta aquí tengo conocimiento de la interacción de MA. Eugenia con la doctora que me atendió.

A mí no me dicen nada sobre el problema que presento pero sí hay un equipo grande en número de personas que bajo las órdenes de la doctora me atienden. Ya canalizado leo el nombre de la doctora Lagunes, es quien tiene la responsabilidad de mi atención.

Una vez en el sitio indicado y canalizado, escucho que la doctora solicita 20 ml de una substancia que no recuerdo su nombre, pero que claramente dice que es un trombolítico. Palabra cuyo significado no supe en ese momento. Lo importante aquí es que escuché que no tenían, por lo que despacharon a alguien a comprarlo, eso creo.

Durante la espera las enfermeras y la doctora me hacen todo tipo de comentarios y preguntas. La mayoría con carácter chusco y relajantes; de tal modo que transcurre el tiempo de manera bastante agradable aún bajo las condiciones en que me encontraba. Bueno, hasta hicieron que me carcajeara en un momento dado ya que la doctora se permitió la licencia de cantar "cama que más aplauda, cama que mas aplauda, le mando, le mando la niña". Y así, por el estilo. Eso no parecía la atención a un enfermo grave.

No sé cuanto tiempo de espera transcurrió; al fin, llegó el frasco con la substancia requerida. Inmediatamente la doctora le solicita a su asistente que programe la bomba electrónica dosificadora para que abastezca los 2o ml en 20 minutos. Sin embargo, había que superar otro obstáculo, la bomba no funcionó. De hecho, no funcionó nunca después de varios intentos. El tiempo seguía corriendo en contra mía. Como unas 5 asistentes más querían ayudar y nada.

Por fin, al ver que la bomba no funcionaba, la doctora se pone algo nerviosa y solicita que todas las enfermeras que no tienen una función específica en mi atención que se se retiren y le ordena a su asistente principal que la programación la haga de forma tradicional. En forma manual.

Nuevamente, no tengo la menor idea del tiempo transcurrido desde que llegué hasta que empieza el goteo de líquido trombolítico. ¿La hora?. Aunque he estado consciente, es una incógnita.

Inicia el goteo, la enfermera me comenta que a los 20 minutos debo sentir un calor que me va a recorrer los pies y debe desaparecer la molestia del pecho. Ella y la doctora llevan el conteo de los minutos.

De pronto, escucho que la doctora se dirige a su asistente y le solicita que acerque y tenga a la mano el "carrito rojo"; veo que se retira la enfermera asistente y regresa a los pocos segundos con el carrito mencionado. Cuando lo ví, decubrí que no es otra cosa que el equipo utilizado para dar electroshocks. Los que se ven en la televisión reviviendo gente con problemas de paros cardíacos.

Hasta ese momento no tenía ninguna idea sobre la gravedad de mi estado. Pero cuando ví el carrito sí pensé que algo grave me podía pasar, tan grave como morir. Ante tal eventualidad no pensé muchas cosas. Sólo me dije, creo que hasta aquí llegué; es probable que ya no salga de aquí, ni modos.

Exactamente con la última gota y a los 20 minutos, cierran el goteo y en efecto siento recorrer por mis pies una sensación de calor y al mismo tiempo el dolor del pecho se desvanece. Pero nadie se separa de mí.

La doctora y las diferentes enfermeras que pasan cerca me animan y siguen diciendo bromas; yo también les digo de cosas y todos nos reímos.

Me retiran el frasco del trombolítico y continúa el oxígeno y el suero con otras substancias. Ya después me enteré que eran substancias dilatadoras de venas y también dilatadoras de sangre. Hasta el momento todo transcurre sin más complicaciones, no hay necesidad de usar el carrito.

Me dicen que permaneceré encamado hasta que llegue el cardiólogo que tomará mi caso. El cardiólogo llegó posteriormente. Observo que dialoga con la doctora Lagunes. Hay caras serias. Pasa el tiempo. Siguen hablando. En algún momento se acerca el cardiólogo y me pregunta como me siento y en seguida me entero de lo que me había sucedido. Le contesto que me siento bien y que si ya me puedo retirar. Ha pasado por un infarto al miocardio y es Ud. afortunado al no tener complicaciones. Estas palabras me inquietan al tener ahora consciencia de lo sucedido y a la vez me reconfortan porque no ha pasado a más. Las siguientes 72 horas son cruciales para su evolución, por lo tanto, lo tendremos en observación permanente en la unidad de cuidados intensivos (UCI). Nada de que se va Ud. a su casa.

Sigo ausente de las horas. Estoy en observación en urgencias hasta que deciden trasladarme a la UCI. Me conectan muchos cables y mangueras que poco a poco iré descubriendo su función. Como en Dr. House.

Afortunadamente, hasta este momento no hay complicaciones y se cierra esta etapa. Es jueves por la tarde. No puedo precisar la hora. Creo que ya es algo tarde porque sólo Ma. Eugenia puede entrar a la UCI. Supongo que ya pasan de las 8 de la noche. Ya no hay visitas familiares. Sigue en la tercera parte. Vea esta liga: http://www.abcmedicus.com/articulo/pacientes/id/7/pagina/1/infarto_corazon.html

No comments: